martes, 24 de noviembre de 2009

Placeres como ríos (fragmentos)


Edición del Instituto de Cultura de Sinaloa,
colección La Luna del Dragón, México 2009.
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Como quien acude a un acto largamente ansiado
pero que en el momento de producirse
comprende que también es oscuramente temible (...)
Ernesto Sábato

El tiempo ruge en mis oídos como un río.
Derek Walcott
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Hotel Galveston

1

Una mesa una cama un buró son la habitación El grafitti habla por los días meses años –trampa de grafólogos ociosos– La puerta dice: “yo te amé cien veces una noche” El buró: “aquí estuvo Juan Lescano Sánchez tu padrote” Y el aire que se cuela por algún orificio mejor calla
Tanto silencio le duele a estas paredes de mediados de siglo Quienes duermen aquí saben que al despertar la ciudad se habrá levantado de sus propios escombros

2

Oculto El corazón de la ciudad palpita en la habitación 73 Aquí se odiaron y amaron dos adolescentes Sus ropas eran pieles de fieras fantásticas que al entrar en contacto las unas con las otras renacían
Aquí soñaron Se mordieron los vientres infinitas veces Desnudaron sus miradas y el deseo brilló en sus muslos como un silencio nocturno
En esta habitación el tiempo se detuvo Aún suenan las voces Los gemidos del placer De las paredes brotan humores como lluvias ecos y días Parece que el mundo –ese disco de música concreta– estuviera en pause
Sordo rumor el de la memoria Zumba en los oídos de personas tan solas que sueñan –durante algunas horas– con el insomnio ruido de un hotel barato de Insurgentes

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Reino de la humedad

De tus peores enemigos: la humedad –hipócrita lectora de nuestras inscripciones privadas–

Su aparente inocencia le permite acceder a pensamientos Planes de traición Deseos

Todo lo inaccesible se abre a su paso Hasta el futuro cede a sus caprichos de salomeica ramera capaz de cortar nuestras cabezas

En un principio fue la humedad No los dioses de las distintas mitologías Ni el amor –como pretenden los ancianos poetas–
Es la mejor aliada del tiempo Por ella sabemos de la destrucción y la vejez Se multiplica a la velocidad de la luz pero con la ventaja de ser imperceptible No hay ojos capaces de mirar cuando empieza a invadir las regiones más secretas del mundo Recorre con discreción de víbora las casas y sus moradores Invade con sigilo dormitorios Baños Vestimentas Muebles Todo lo corruptible y perecedero

Vuelve a las piedras valles de musgo Al musgo países de la desolación

Hay que temerle a la humedad Con ella da comienzo todo y en ella desemboca

Estas palabras son arroyos de saliva que humedecen la página La página mira tus pupilas

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